El pensamiento boliviano sobre los recursos naturales

El fetichismo de los recursos naturales

  Fernando Molina, en su ensayo titulado “El pensamiento boliviano sobre los recursos naturales”, invita a un rápido paseo histórico de nuestro país para tratar de entender cuáles son las creencias que los bolivianos tenemos acerca de los recursos naturales. Para este fin, y con mucho prolijo, y no por ello menos riesgo, Molina hace una clasificación de las creencias, que los bolivianos acarreamos a lo largo del tiempo, en tres categorías: Creencias por motivos, que se refiere a las creencias que tiene un colectivo en torno a los intereses materiales; creencias por argumentos, basadas principalmente en las ideologías que se transmiten y reproducen con sus evidentes variantes generación tras generación; y, finalmente, creencias por antecedentes que se originan en el contexto social y cultural de un determinado tipo de sociedad.

Las creencias por motivos, se originan en la más cruda explotación de los recursos naturales a cargo de los españoles en tiempos de la colonia, donde la estrepitosa riqueza del Cerro Rico de Potosí representaba los medios y el fin. Fue en ese tiempo en el que los recursos naturales dejaron de ser solo objetos palpables de una riqueza determinada por ciertos factores,  y mutaron en objetos de culto y veneración: de fetichismo, en palabras del autor.  Este culto, trasciende los tiempos y se posiciona a día de hoy, tarea nuestra es comprobar que efectivamente así es. Los recursos naturales, no sólo son sinónimo de riqueza, sino también de dignidad, soberanía y es un excelente atajo a la gloria y el enriquecimiento rápido y seguro. Por eso es que la lucha radica en estar cerca de su remuneración y su inmediata distribución.

Creencias por antecedentes, como dijimos al principio de esta síntesis son las creencias empujadas por las ideologías.  Se fundamentan, aunque no del todo, en las creencias por motivos.  Se puede examinar a través de 3 tesis: a) Recursos naturales a cambio de progreso. Utilizada por las élites librecambistas, para hacer de Bolivia un país exportador de materias primas, tan necesarias en el primer mundo y de esta forma ser retribuidos con progreso. Bolivia no puede montar por sí sola la empresa, necesita la ayuda de capitales extranjeros. Esta es más o menos la idea del neoliberalismo de los años 90, con la excepción de que este planteaba además de lo mencionado, exportar materias primas con valor agregado, fomentar además la industria de los recursos renovables y vender algo más que recursos, añadir servicios. Aquello,  evidentemente,  no funcionó por el pésimo manejo que se le dio a la riqueza, a favor de una burguesía sedienta de riqueza instantánea; entonces, se dio paso  a la solución opuesta: hacerse de los recursos naturales; b) Recursos naturales por independencia económica.  Plantea la posibilidad de que seamos los mismos bolivianos los que administremos nuestros recursos naturales, sin dependencia extranjera, de esta forma consolidar una economía independiente y soberana. El fuerte de esta tesis se mantuvo en la Revolución del 52, hasta que sus propios impulsores la traicionaron. Revivió en nuestros tiempos actuales, y hay más de uno, a día de hoy, que insiste en comparar este proceso con la revolución del 52; c) Recursos naturales como una maldición. Los recursos naturales, según esta tesis, que creo yo está más cerca del autor, condenan a Bolivia a un ciclo constante de fracasos, donde todo economías, ideologías y políticas cambian en torno a la constante maldición de los recursos naturales, que no hacen otra cosa más que aumentar los conflictos sociales y la inestabilidad política en el país.

Las creencias por antecedentes es un repaso a la extrema pobreza, que aún goza de cifras significativas. Se originan en un contexto rural donde para sobrevivir las clases sociales bajas, tienden a migrar del campo a las laderas de la ciudad e incrustarse en la informalidad. Debido a la falta de dinamismo de nuestra economía, que es incapaz de reproducir el capital en emprendimientos que puedan albergar a los, cada vez más, migrantes, como también desempleados urbanos, la sociedad comienza a frustrarse y es donde la sed de redistribución se hace más evidente. Incapaces, o incrédulos, de forjar una nueva forma de generar riqueza, las clases más desfavorecidas se sindicalizan para exigir una redistribución más justa de la riqueza, que como hemos visto siempre se origina en los recursos naturales.

Fernando Molina es un gran ensayista, y así lo demuestra en este libro, que desmitifica muchas posiciones y creencias. Molina insiste en un capitalismo más dinámico, capaz de reproducirse e ir creando nuevas formas de capital que alejen al peor de los demonios: el capitalismo político, que es lo que Bolivia viene practicando en su historia, sea como estado o como élite.

Este capitalismo, despierta en la población la necesidad o, en muchos casos, el cumplimiento a una distribución de la riqueza más justa. La distribución es un mecanismo que todo gobierno debe poseer, pero que no puede ser una actividad sin complementarios. Bolivia, en el gobierno de Evo Morales, presenta un cuadro positivo de distribución de la riqueza que se genera en el excedente de los recursos naturales, y ese es un hecho destacable. Sin embargo, nuestra economía focalizada en pocos sectores, impide un crecimiento directamente proporcional a la reducción de desempleo. Esto acrecienta la necesidad de depender de las rentas que provienen del negocio de los recursos naturales. Por eso, sectores populares insisten en la nacionalización de recursos naturales, y cuando esta política falla, revive la necesidad de privatizarlos.

En una libre interpretación, Molina indicaría que estamos destinados a que el ciclo se repita: privatización, estatización, reprivatización, mientras la economía este centrada excesivamente en los recursos naturales, como eje de progreso.

Actualmente los recursos naturales siguen siendo el principal motor de nuestra economía, cuando no de nuestros conflictos y penurias. La era del gas, efímera y fugaz, se ha escapado de las manos bolivianas. Un momento nos prometía ser el epicentro energético, poco de eso queda; de hecho, la tan anhelada industrialización del gas, no parece ocupar un lugar prioritario en la agenda nacional, como debería ser. Ahora, muchas miradas comienzan a cambiar de objetivo: al litio. Entusiastas afirman que un 70% de las reservas de litio se encuentran en suelo boliviano, aunque no haya certificación verídica de ello. Podríamos pasar de la era del gas a la del litio.  La matriz energética cambiará, se rumorea, y el litio pasara a ser el nuevo oro.

Los recursos naturales, no son una maldición, son una gran oportunidad para salir de la pobreza en la que nos encontramos, pero si insistimos en una visión de progreso donde el recurso se vale por sí mismo, estamos dando vueltas tras nuestra propia cola. Para ello se necesita más que un presidente y una asamblea, se necesita un cambio de pensamiento para sustituir a este, enraizado en los recursos naturales.

 

El Aeropuerto en el Chapare

pobladores del chimore contaran con aeropuerto

Chimoré,  municipio del Chapare contará con seguridad con un Aeropuerto de talla internacional. El consorcio Chimoré y el gobierno firmaron el contrato que asegura la construcción de la obra.

El nuevo aeropuerto será una alternativa al de Viru Viru, en Santa Cruz. Tendrá un costo de 36, 5 millones de dólares y será entregado en el plazo de 3 años.  Contará con asfalto flexible, calle de rodaje, plataforma, un edificio terminal de pasajeros de 5.100 metros cuadrados. Una maravilla, ¿no?.

Sigamos. Favorecerá, dice el gobierno, a la agroindustria de la región y fomentará el turismo; además de generar 450 empleos directos y 2000 indirectos. Aunque el Chapare arrastra el estigma de centro de producción de coca y en algunos casos cocaina, también se sabe que existen 130.000 hectáreas de cultivos de plátano, palmito y cítricos.

Estamos ante un proyecto ambicioso pero no por ello menos polémico. Las protestas no se hacen esperar. Nadie, a priori, se opone a la construcción de un aeropuerto que seguramente ayudará al tráfico de la producción agrícola tanto externamente como internamente, entre otras ventajas que pudieran existir. Lo grave, como no podía ser de otra manera, está en el tema narcotráfico. Más de uno dirá que un aeropuerto facilitará exponencialmente el tráfico de droga, y supondrá no sólo que es una decisión mal calculada del gobierno sino que hará de él un complice directo del narcotráfico, que esta ganando cada día mas cancha en el país.

La noticia no llega en un buen momento. El tema del TIPNIS está que arde y al son de la trifulca, no falta quienes observan y reproducen una complicidad gobierno-cocaleros (colonos) para expandir las plantaciones de coca en desmedro de los indígenas, con sus previsibles consencuencias. Tampoco es un buen momento cuando existe una serie de suecptibilidades por la bomba que lanzó Univisión, hace unos días, y que creo ya todos conocemos. En ese contexto, la construcción de un aeropuerto internacional en el Chapare,  puede parecer a muchos una tremenda provocación de parte del jefe del Estado.

Aunque también se puede ver desde otra óptica: más presencia estatal, y también de las fuerzas armadas, en la región podrían incrementar los niveles de control sobre las actividades ilícitas del Chapare. Esto ayudaría a sentar presencia institucional, con sus evidentes limitaciones,  a una zona bastante informal. Cosa que no vendría nada mal

Lo cierto es que está en marcha el proyecto que no tendrá marcha atrás. Esperemos que pueda bien dinamizar el sector productivo agrícola como dice Carlos Flores, presidente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), el sector agrícola, turismo, todos menos el sector que sabemos.

La degeneración del tema TIPNIS

La pasada semana el gobierno llegó a acuerdos con dirigentes cívicos de Potosí y El Alto; mientras, la ABC comunicaba que existían 5 alternativas para el tramo II de la carretera. Algo podía hacernos imaginar que un acuerdo entre indígenas y el gobierno no estaba del todo lejos; sin embargo, el tablero fue pateado por Evo al responder que él no sería parte de la negociación, sino que sus ministros lo harían dado que al Presidente no tiene tiempo para ello. De ahí en más todo fue cayendo en picada, hasta el domingo 21 de agosto, día clave:

Evo, en el programa estatal “El pueblo es noticia” presentó un informe que evidencia, a través de un extracto de llamadas telefónicas, que tres dirigentes (Rafael Quispe, dirigente de la CONAMAQ; Pedro Nuni, diputado del MAS y Roxana Marupa, esposa del dirigente de la CIDOB, Adolfo Chávez) que forman parte de la marcha del TIPNIS, habrían mantenido contacto con la Embajada de Estados Unidos, más precisamente con el asesor de la Embajada en asuntos indígenas, Eliseo Abelo. Según el extracto de llamadas, Rafael Quispe conversó con la Embajada en días 2 y 20 de junio, 6 de julio y 15 de agosto. Una bomba la noticia, con repercusiones típicas en una sociedad que vive una época de una hiperinflación de la política. Veamos

Primera consigna. “¿Cómo es que se puede pinchar las llamadas telefónicas, en una sociedad que se hace llamar democrática? El gobierno es la peor dictadura de la historia”. En primer lugar, no se trata de un pinchazo. Hasta donde se sabe no existió ningún oyente oculto en las llamadas. En segundo lugar, estas mañas de entrometerse en la privacidad no es nada nuevo. Esta mañana en un programa televisivo, Víctor Hugo Cárdenas decía que pedir extractos de llamadas irrumpiendo la privacidad ajena es algo que siempre se lo ha hecho. Sin embargo, a fuerza de repetición esta tara no habrá de ser legal. ¿Cómo entonces, “legaliza” el gobierno esta figura? Según Sacha Llorenti, la acción se apoya en el artículo 306 del código penal y los artículos 44 y 45 de la Ley Orgánica del Ministerio Público. Por su parte, el Fiscal general del Estado, Mario Uribe, justifica la legalidad en el artículo 218 del código de procedimiento penal. Río revuelto

Segunda consigna. “Con los Estados Unidos ni a la esquina. El sólo hecho de tener una conversación con un representante oficial de la Casa Blanca, es un pecado que se lo paga en la hoguera. Es imperdonable e injustificable”. En esa línea esta el gobierno y gran parte de sus seguidores, unos por convicción y otros por conveniencia. En tiempos, donde la hegemonía yankee parece estar en entredicho, un negocio redondo es el antiimperialismo. Eso lo sabe muy bien el gobierno y a ello acude para deslegitimizar cualquier demanda que tenga que ver con el TIPNIS. Desde que asumió el gobierno Evo Morales acuso a diestra y siniestra a instituciones de los EEUU, y si sigue haciéndolo es porque esa mañita le da resultados. El país del Norte mete sus narices en todo lado, aunque esto no necesariamente quiera decir que exista una conspiración premeditada. Río revuelto

Así está la cosa. Como se puede ver la legalidad del acto pasa por interpretar a gusto del poderoso la ley, y no hay nada claro; tampoco se sabe de qué van esas llamadas. De acá en más lo del TIPNIS girará en torno a estos hechos colaterales que escapan del verdadero asunto de fondo. De ser una marcha con trasfondo político, según el gobierno, ha pasado a ser un hecho conspiratorio al proceso de cambio, la vuelta del capitalismo e imperialismo. Atrás quedan la biodiversidad, la reserva natural, etc. El instinto político puede más. Y es una pena

Se estima que 1425 personas conforman la marcha en defensa del TIPNIS, y por la ¿imprudencia? de tres dirigentes, justos pagarán por pecadores. Así nomas es.

El cadáver de las urnas

Que el voto nulo está sumando adeptos día a día es un hecho innegable, como también es cierto que lo está haciendo dentro de un marco de, cada vez más, marcada polarización. Lo de la justicia, es otra cosa, está en el fondo, donde no todos habrán de sumergirse el momento de tomar una decisión.

Y en ese escenario de polarización es evidente que existe una serie de intereses personales de ciertos grupos políticos. El hecho de que el MSM haya planteado un plebiscito implícito en las elecciones de octubre, no es una canallada y motivo de persecución, en todo caso se trata de  llamar burro, al perro con cabeza de burro y cuerpo de burro.

Lo que sí es deplorable son los intereses que hay detrás de esto, ¿o es que los pasacalles, los volantes, los viajes y toda la campaña en rechazo a la elección es un hecho inspirado en el amor a la democracia y la justicia? Y no solamente lo digo por Juan y sus compinches, también por otros sectores, esos que son capaces de hacerse pachamamistas si el gobierno atenta contra el pachamamismo, que no ven la hora de hacerse protagonista a la hora de un tropezón definitivo de Evo Morales. Esto no excluye a que exista una serie de bolivianos que realmente no ven en las elecciones la posibilidad de encaminar la justicia del país.

Pero es por el tema de los intereses personales que el resultado de octubre provoca tantas ansias  por los sectores polarizados actualmente, y según sea el resultado se disputarán el cadáver de las urnas a mordiscos para hacer suya la victoria, suya la iniciativa, suyo el origen.  Con la misma polarización, se interpretará el resultado. Evo Morales será el rebelde y bárbaro indio invicto por la fuerza del pueblo o será el responsable de la peor desgracia que vive Bolivia en la historia. Donde no queda duda es que el otro «resultado» ‘ -así entre comillas- posicionará a una serie de ignotos magistrados que harán de la justicia lo mismo que se viene haciendo desde que existe Poder Judicial, claro, esta vez a título de sagrado, Usted sabe, por eso de que la voz del pueblo es la voz de Dios.

¿Cómo estamos los bolivianos, según en Informe Ethos de Pobreza?

Ethos es una fundación sin fines de lucro que opera en México. Según sus propias palabras dedica su esfuerzo «al análisis y diseño de políticas públicas que impulsen el desarrollo en México y América Latina, así como a la promoción del Modelo de Gobierno Responsable.» 

En el mes de Julio del 2011, Ethos publicó el Informe de Pobreza de 8 países de América Latina: Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Perú y Venezuela.  Aunque el informe afirma que Bolivia es el país más pobre de entre los 8 mencionados, en este artículo vamos a tratar de desmenuzar el informe y ver si realmente esto está para arrancarse los pelos.

En primer lugar veamos cómo define Ethos a la pobreza. Dice en el informe: «La pobreza es una situación caracterizada por la incapacidad de satisfacer las necesidades del hogar, así como del entorno, que resultan indispensables para conducir a las personas a un estado de bienestar de acuerdo a la realidad política, económica y social de determinada sociedad»  Es  por este motivo que la pobreza, según Ethos, se mide a partir de dos enfoques: pobreza de hogar y pobreza de entorno.

Pobreza de Hogar.

Ingreso per cápita del hogar. Bolivia presenta el peor panorama en Ingreso per cápita del Hogar. Ethos parte del hecho de que una persona necesita 60$ por mes de manera indispensable para conseguir alimentos. En este sentido,  37.83% de los bolivianos cuenta con un ingreso mensual per cápita menor a 60 dólares.

Educación. Según el informe el porcentaje de hogares con jefes de hogar sin instrucción es de 10.79%, sólo por debajo de Brasil (14.54%). Y el porcentaje de niños – entre 7 y 15 años – que no asisten a la escuela es de 3.55%, en mejor situación que Colombia (4.08%), Ecuador (5.70%), Perú (3.56%) y Venezuela (4.45%).

Agua Potable y Servicio Sanitario. El porcentaje de hogares sin acceso a agua conectada a red pública o acueducto es de 28.63% para Bolivia, la tercera más alta del estudio, sólo por encima de Ecuador (32.91%) y Perú (33.83%). Y un  63.60% de hogares sin servicio sanitario conectado a alcantarillado o drenaje, la situación más precaria.

Condiciones de la Vivienda. Bolivia tiene un 1.3% de hogares con paredes construidas con materiales no sólidos. Y un 49.42% de viviendas sufren hacinamiento, es decir que en una habitación duermen 3 o más personas, este porcentaje es el más alto entre los 8 países estudiados.

Combustible para Cocinar. 28.72% de hogares bolivianos no tienen acceso a gas o electricidad para cocinar, este porcentaje es el segundo más alto, sólo por debajo de Perú (41.15%)

Electricidad.  31.71% de los hogares bolivianos no tienen acceso a Energía eléctrica en la vivienda, en contraste a un 0.63% de viviendas chilenas.

Bolivia, junto a Ecuador y Colombia se encuentra entre los países más pobres. Las variables que inciden a una mayor pobreza de hogar son las siguientes: Ingreso para una alimentación adecuada: 38%, servicio sanitario (18.87%) y acceso a agua potable (16.94%)

Sin embargo, antes de rasgarnos las vestiduras es necesario aclarar un punto importantísimo. Para calcular los índices respectivos en esta perspectiva se utilizaron datos demasiado desactualizados. La fuente de datos es la Encuesta de Hogares realizado por el INE en el año 2005. Esta por demás decir que un informe basado en la realidad hace 5 años no goza de mucha confiabilidad.

Pobreza de Entorno.

Los datos en los cuales se basan los índices de la pobreza de entorno, tienen distintas fuentes; por ese motivo, se mencionarán las fuentes en la medida que los índices sean presentados. Los datos son más recientes y una vez Bolivia encabeza la lista, esta vez desde la perspectiva del entorno.

Salud Pública

Esperanza de vida. Los datos provienen de los estudios de CEPAL del año 2009. Y estos afirman que en Bolivia la esperanza de vida es de 65.5º años, la más baja del estudio. El promedio ideal en América Latina  (la región de acá en más) es de 73.46 años de esperanza de vida.

Tasa de mortalidad de menores de un año.  Considerando la misma fuente del pasado indicador, se considera que  Bolivia cuenta con 45.60% de tasa de mortalidad de menores de un año muy lejano al promedio de la región: 21.59%.  Y según los datos de CEPAL, pero esta vez del 2008, Bolivia sólo cuenta con un 15.60% de trabajadores con acceso a la seguridad social, cuando el promedio de la región es de 40.12%.

Instituciones

Efectividad del Gobierno.  La efectividad del Gobierno boliviano es de -0.81%, según datos del estudio Governence Matters VII del Banco Mundial en 2008, cabe mencionar que el promedio de la región es de -0.22%  Bastante bajos los porcentajes de efectividad

Control de Corrupción. El porcentaje del control de corrupción en Bolivia es también negativo, de -0.47%, aunque no muy alejado del promedio de la región (-0.28%). Las fuentes una vez más obedecen al estudio del Banco Mundial.

Estabilidad Política. En base a los mismos datos del Banco Mundial. El informe indica que existe un -1.02% de estabilidad política, donde el promedio de la región  es de -0.34%.

Economía

Tasa media anual de desempleo.  Nuevamente con datos del CEPAL, 2009, Bolivia presenta la mejor tasa de desempleo junto a México, ambos con 6.80. El promedio de América Latina es de 8.14

Competitividad Económica (Infraestructura física, innovación y tecnología). Con datos del World Economic  Forum del 2009, el informe Ethos posiciona a Bolivia con el menor índice de competitividad: 2.63, algo lejos del promedio de la región: 3.37.

Clima de Inversión de las microfinanzas.  Los datos pertenecen al Índice Mundial de Microfinanzas del 2009. Bolivia tiene un índice de 46.10 frente al 50.40 que es el promedio de la región. El mejor índice es de 73.30 y pertenece a Chile.

Democracia

Libertades Civiles.  Chile, una vez más, posee el mejor índice, de 1; el promedio de América Latina es de 2.72 y Bolivia se acerca mucho a él, con un índice de 3. Los datos provienen del Índice de Libertades Civiles y Derechos Políticos de la organización Freedom House del año 2010.

Derechos Políticos. De la misma fuente que el anterior índice, Chile encabeza la lista con un índice de 1 y Bolivia posee un índice de 3, donde el promedio de la región es de 2.5. Venezuela es el país peor situado.

Cultura Política. Los datos obtenidos son de Economist Intelligent Util del 2010. Bolivia con un índice de 3.75 está junto a todos los países estudiados, a excepción de Chile, por debajo del promedio de América Latina (5.14)

Seguridad Pública

Tasa de homicidio por cada 100 mil habitantes. La tasa boliviana es de 10.70, frente al 22.31 del promedio de América Latina. Venezuela posee la peor tasa. Los datos provienen del Observatorio Interamericano de Seguridad de la OEA del año 2007-2008.

Tasa de robo de vehículos por cada 100 mil habitantes. Utilizando la misma fuente que el anterior punto, Bolivia cuenta con una tasa de 31.44 muy lejos del primer país que es México que cuenta con una tasa de robo de vehículos de 163.30 por cada 100 mil habitantes. El promedio de la región es de 50.81.

Porcentaje de población que confía en la Policía. Nada nuevo;  Bolivia es el país que menos confía en su Policía, el porcentaje es de 23, donde el promedio de la región es de 42.28.

Género

Relación de Ingreso entre Mujeres y Hombres. Los datos se originan en el Informe de Desarrollo Humano  del 2009 del PNUD.  Bolivia cuenta con un índice de 0.61,  sólo por debajo de Colombia, frente al 0.51 de la región. A mayor valor de este índice, mejor desempeño del país en materia de equidad de género.

Relación de Secundaria completa entre Mujeres y Hombres. La fuente son los indicadores internacionales sobre Desarrollo Humano del PNUD en el año 2010. Bolivia se sitúa en el último lugar seguido muy de cerca por Perú con los índices de 0.81 y 0.82 respectivamente. El promedio de América Latina es de 0.95.

Porcentaje de escaños parlamentarios ocupados por Mujeres. Bolivia cuenta con un 15% del total de escaños. El promedio es de 19.67%. Perú y Ecuador son los países mejor situados en este aspecto. La fuente de los datos proviene del Informe de Desarrollo Humano del PNUD del 2009.

Medio Ambiente

Emisiones de CO2 per cápita. Bolivia presenta el índice per cápita más bajo del Estudio, con 0.77 está alejado del promedio de la región (2.06) y mucho más lejos de Venezuela (6.57). La fuente proviene de CEPAL el año 2004

Tasa de deforestación. Bolivia presenta una tasa de -0.50, donde el promedio de la región es de -0.61 y Chile tiene la mayor tasa con 0.40. La fuenta de FAO del año 2000 al 2005

Proporción de Plantas y Animales en peligro de extinción. El promedio de la región es de 0.79. Bolivia presenta una proporción de 0.83. La proporción más alta es de Perú con 0.89 y la más baja de México con 0.71. Datos que provienen de CEPAL del año 2008

Entonces tenemos que los principales factores que hacen de Bolivia uno de los países más pobres, con relación al entorno (junto a Ecuador y Venezuela) son: Salud Pública con un 27.3% de influencia, Instituciones con un 27.3% y Democracia con un 18.20%.

Una vez aplicado el zoom sobre el informe, cabe preguntarse ¿Es realmente el informe de Ethos un parámetro válido para medir la pobreza en el país? Yo diría que no y fundamento mi afirmación en las fuentes utilizadas para medir los índices y tasas. Sin embargo es importante ponderar la forma multidimensional de medir la pobreza en el informe, siendo el concepto de pobreza de entorno un gran aporte que seguro será importante tener en cuenta.

El Oenegismo, enfermedad infantil del derechismo, bajo la lupa.

La edición dominical del principal medio de prensa escrita del Estado, Cambio, trajo consigo hoy, 24 de Julio, una nueva publicación de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia. Se trata de un libro escrito por García Linera, titulado:  «El Oenegismo, enfermedad infantil del derechismo (o cómo la «reconducción del Proceso de Cambio es la restauración neoliberal)». Una reacción, relativamente inmediata, al documento: «Por la recuperación del proceso de cambio para el pueblo y con el pueblo», firmado por un grupo de intelectuales de izquierda: muchos ideólogos del proceso de cambio y algunos ex funcionarios del Gobierno.

El libro de Linera es una respuesta puntual al documento. Por todo lo que representa el Vice en la esfera de poder del Gobierno, no creo que sea exagerado afirmar que mediante esta publicación el Gobierno muestra su postura oficial ante el documento, y claro está,  cierra el debate en torno al tema.

¿Qué esperamos del Oenegismo, enfermedad infantil del derechismo? Pues lo mismo que a diario oímos, leemos o vemos. El Vicepresidente, en su estilo, acusa a los firmantes del documento, tildándolos de sinvergüenzas, resentidos y por su puesto los arrincona a la sucia esquina derecha, donde todos  somos iguales. Afirma que muchos de los que firman dicho documento pertenecen a las ONG’s que manipulan a los sectores sociales y colonizan su pensamiento; se oponen a un Gobierno de clase popular que está beneficio de las clases trabajadores y los indígenas, sectores más vulnerables de la sociedad. Nada nuevo en el corazón de Sudamérica.

García Linera, «analiza punto por punto las falsedades» del documento y comienza por refutar la premisa del documento de que nada cambió en la economía nacional, y que es motivo de análisis de éste texto.

Apoyado en los datos del Informe sobre el Desarrollo Humano, realizado por el PNUD en 2010 y la Unidad de análisis de políticas sociales y económicas (UDAPE, entidad estatal) el Vicepresidente enfatiza en la lucha por la desigualdad y una justa distribución de la riqueza.  Algunos de estos datos dan muestra de que en el país la pobreza extrema disminuyo de un 38% en 2005 a un 25% en 2010; la clase media aumentó de un 30 a un 36% en el mismo periodo de tiempo y que el PIB boliviano es el que más se transfiere a su población vulnerable (2.5%). ¿Cómo ha reducido las brechas el Estado Plurinacional? Linera resalta la distribución de la riqueza vía bonos de apoyo social-financiados por el excedente que generan las empresas estatales- a los sectores más pobres del país.

Los datos de la inversión pública estatal, transferencia de la riqueza a las gobernaciones y municipios y reservas internacionales, bastan para argumentar que la economía del país goza de buena salud. Pero esta afirmación, como cualquiera basada en números y estadísticas, peca de superficial.

La reducción de la pobreza no puede depender de una política de bonos que a su vez depende de los excedentes generados por empresas estatales y éstos de los precios del mercado internacional. Muchas variables, muchos niveles, muchas dependencias.

En contraste de lo que García Linera  (el Gobierno) expone, en la última quincena de julio del año en curso, la fundación Ethos presentó en la ciudad de México un índice de pobreza en el cual Bolivia ocupa el último puesto de entre ocho países de la región.  El informe cuenta con una nueva forma de medir la pobreza, en la cual la función pobreza depende de una nueva variable llamada pobreza de entorno, la cual se valora a partir de la realidad política, económica y social de cada país. Concluye que «los países que presentan entornos institucionales endebles son los más pobres».

Personalmente considero que la pobreza en Bolivia sí ha disminuido, no en las condiciones en que el Gobierno expone, y que hay mucho por hacer, sobre todo por el tema de una estrategia sólida. Sin embargo, una vez más el panorama se presenta demasiado relativo ante una situación bastante delicada como es la pobreza. Informes e indicadores no faltarán para medir la situación y colocarnos en extremos opuestos. Un excelente indicador oficial sería a través un Censo Nacional lo más pronto posible.

La Justicia, el palomar y Marcelo

Han pasado más de 30 años y el paradero de los restos de Marcelo Quiroga Santa Cruz sigue siendo una incognita agria. Nadie lo encuentra, porque nadie lo busca. Inmunidad, chantaje, manipulación, entre otras cosas impiden aclarar el hecho, los reponsables y las sanciones. Una muestra más del rostro grotesco de la Justicia boliviana. Justicia embarrada, que volverá a la luz -dicen los optimistas, por decir algo- a través del populismo, las masas y el vicio eterno del poder. Como si la Justicia fuera material, para poder cogerla de un salto. Como si fuera alcanzable. Como si no fuera un horizonte que huye cuando más se acerca uno a él. Y que sirve para eso, -como diría Galeano- para caminar. Como si algun día dejara de ser una Utopia.

– Será la forma barroca; la abundancia de ornamentos susceptibles de convertirse en nido… -insinuó Durcot, tímidamente.

– ¡No, hombre, no! Hay muchas cosas de las que podrían hacer un palomar. Ellas prefieren aquellos edificios que albergan alguna actividad humana de carácter teatral. Yo creo que han aceptado domesticarse, a condición de que las dejemos participar de aquellos aspectos de nuestra vida en los que nos mostramos inhumanos: nuestra sed de divinidad, de justicia, de belleza. Todos esos son valores que no podremos alcanzar. Utopías. Seguramente se sienten cautivadas por el aparato escénico del que rodeamos esas aspiraciones; por la ampulosidad con que disimulamos nuestras deficiencias. Como si ellas, desde allá arriba, comprendieran mejor la inutilidad de nuestros esfuerzos y sintieran cierta simpatía piadosa por nuestra debilidad… Pero usted me dirá que voy muy lejos -dijo haciendo su paso más lento.

Fragmento extraído de la novela Los deshabitados de Marcelo Quiroga Santa Cruz

http://www.flickr.com/photos/luismauri/5816196630/

El TIPNIS muestra al Gobierno de cuerpo entero.

Puede que aún con las desatinadas declaraciones de nuestro Presidente Evo, la Cumbre del Cambio Climático y los derechos de la Madre Tierra, efectuada en Cochabamba el pasado 2010, haya tenido el efecto deseado por el Gobierno: Fortalecer su imagen, sobre todo internacional, como líder  en defensa de la naturaleza.  Esa imagen, de por sí un tanto difícil de mantener, tenía que caer tarde o temprano por su propio peso.  Las mismas manos, bravas defensoras  de la Madre Tierra,  hoy firman leyes y contratos en contra de su propia protegida. El pasado Domingo, el Presidente promulgó la Ley de Revolución Productiva, que entre otras cosas, legaliza la introducción de alimentos transgénicos. Sumado a ello, el 3 de Junio, inauguró los procesos necesarios para apurar la construcción de la carretera Villa Tunari- San Ignacio de Moxos, el cual atraviesa el corazón – perdón si caigo en melodrama – del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure.

Según Morales, la carretera es un sueño anhelado desde hace casi un siglo. Afirma que su construcción abrirá las puertas al desarrollo estratégico, productivo y comercial de Cochabamba y permitirá la apertura comercial de otros departamentos de Occidente con el Beni, desprendiendo la dependencia comercial con Santa Cruz. La construcción de la carretera se la ha dividido, astutamente dicen algunos, en tres tramos.  Cada tramo debe contar con una licencia ambiental y un estudio técnico para ser llevado a cabo, previa consulta con los pueblos comunarios de la zona afectada. El tramo I, de 47 kilómetros, pasa por Villa Tunari, Chipiriri, Santa Rosa, Eterazama, Samuzabety, Florida e Isinuta; el tramo III, de 82 kilómetros, cruza Monte Grande del Apere, El Retiro, San Ignacio de Moxos. Ambos tramos no presentan inconveniente alguno. El problema está en el tramo II el cual atraviesa el TIPNIS y que a día de hoy no cuenta con licencia ambiental ni estudio técnico. Desde ya, los indígenas del TIPNIS, cerraron filas en rechazo de la construcción del tramo II y organizan, en conjunto con otros sectores, una numerosa marcha que llegará a La Paz en Agosto en oposición a la construcción de la carretera. Entre tanto aún esperan el pronunciamiento del Gobierno para dialogar y encontrar una alternativa.

El costo total de la implementación de la obra es de 415 millones de dólares, de los cuales 322 millones son facilitados por el vecino país  del  Brasil a través de un crédito que el Gobierno central boliviano y las Gobernaciones de Cochabamba y Beni tendrán que pagar. Una suma bastante alta, especialmente para las Gobernaciones departamentales, que comprometerán su presupuesto anual. Como la parte gruesa en términos económicos viene del vecino país, es natural que éste persiga sus propios intereses. La carretera, por ejemplo, favorecería  la unión del Brasil con Chile. No es una novedad, Brasil es una economía emergente con quién es siempre favorable tener buenas relaciones, aunque estas sean complacientes.

El beneficio, sin embargo, puede también ser gratificante para el país. La ruptura del eje troncal del país y un mayor dinamismo e interacción entre los demás departamentos, sobre todo en temas comerciales. Aunque hay quienes afirman que la construcción de la carretera Villa Tunari– San Ignacio de Moxos, no es sinónimo de desarrollo y más bien representa un beneficio negativo para el Estado. La Ingeniera Lía Peñarrieta, con apoyo del Instituto de Ecología y Conservación, el TIPNIS, el SENARP, la ABC, el apoyo técnico de Conservación Estratégica, realizó una investigación donde analiza el costo-beneficio de la instalación de la carretera. Después de varios análisis y cálculos, se llegó a las cifras del Valor Actual Neto (VAN) que alcanzaron la negatividad de menos (-) 44,84 millones de dólares. Manejando algunas hipótesis, se señala que para que la propuesta fuese viable económicamente debería existir un incremento en el tráfico de hasta 350 vehículos por día. Peñarrieta afirmó que, en los cálculos, se tomó un costo base de la carretera en 120 millones de dólares, lo cual dista bastante del costo adjudicado (415 millones de dólares). A esto, si se sumarían los costos ambientales, no incluidos, los resultados económicos alcanzarían una altamente y mayor cifra negativa. Concluyendo que la construcción de la carretera no es viable económicamente.

El beneficio es un tema que aún se puede relativizar bastante. Lo que está claro en este panorama es quién o quiénes salen perdiendo más en esta jugada. Y éstos no son otros más que los habitantes del TIPNIS, propietarios legales de la región a través del DS  22610 de 1990. Once mil habitantes repartidas en 64 comunidades indígenas.

Los indígenas de las zonas bajas representan tan solo un 3% del total de indígenas de Bolivia. En más de una ocasión sus representantes han puesto en evidencia la desventaja en la que si sitúan con relación a los de Occidente. Adolfo Moye, representante indígena de la zona,  afirma que de concretarse la construcción de la carretera, unas 1500 hectáreas de árboles serán deforestadas. Intelectuales, académicos y especialistas en temas de medio ambiente coinciden en considerar a la decisión gubernamental como socioculturalmente etnocida, ambientalmente desastrosa y técnicamente no fundamentada.

Pero eso no es todo. Acá entra un punto bastante polémico, que es el del avasallamiento de los colonos a la zona, principalmente cocaleros del Chapare que llevan asentándose ilegalmente desde hace varias décadas; alentados por la serie de permisividades que gozan de parte del Gobierno y principalmente del Presidente, asumen que tienen privilegios especiales sobre otras comunidades. Los cocaleros ingresan a las tierras del TIPNIS, infringiendo las restricciones legales y utilizan las tierras para sembrar coca. En los últimos años, según palabras de Moye, han destruido más de 80 hectáreas de bosque virgen para realizar plantaciones de coca. La investigadora Marianela Luján, quien realizó una investigación del TIPNIS donde vivió un año, comparte su experiencia: “El colono lotea, comercializa la tierra, donde ve un espacio libre, no hay cultivo o no está un indígena, se lo apropia asentándose en bloque (de 100 personas o más), éste es un aspecto cultural de los cocaleros de avanzar siempre en masa (gran cantidad de personas).  Por su afán de explotar la tierra, la hacen trabajar al máximo, sin el descanso regenerativo, por lo que en el primer año pueden cosechar de cuatro a seis veces; sin embargo, cuando la tierra ya no está apta para continuar utilizándola, la venden a nuevos colonos.”

A estas alturas, donde la aceleración para la ejecución de la obra es evidente, es difícil imaginar un retroceso del Gobierno en el tema. Tanto los intereses del gigante vecino, como el de los del propio Gobierno están demasiado maduros como para caer en saco roto. El propio Presidente fue quién garantizo los requisitos necesarios para consolidar el diseño de construcción íntegra de la carretera al Embajador de Brasil. El Gobierno no dará marcha atrás. El misterio es cómo negociará con los representantes de los habitantes del TIPNIS. Supondría una negociación de tipo chantaje en dos aspectos.  En primer lugar, con un crédito ya aprobado, con la presión de una potencia como el Brasil para efectuar la obra, será un tanto difícil para la parte opositora ofrecer una dura resistencia. Y en segundo lugar, la cosa tiene que pasar por una negociación que favorezca de alguna manera los intereses del TIPNIS. Según sus propios representantes el Gobierno no realizó ningún proyecto de desarrollo social en este sector en los pasados cuatro años. Por acá va la cosa, el Gobierno tendrá que realizar una de sus clásicas donaciones en salud o educación y un mar de promesas, donde la principal será la de no permitir el ingreso de colonos a la región para mantener tranquilos a los indígenas. Habrá que ver cuán cierto pueda ser ello y habrá también que ver cómo hace la carretera para brindar un desarrollo real a las regiones afectadas ya que siempre sabremos que su costo no fue otro más que el sacrificio de una zona protegida.

Todo (me) vale

Nada del otro mundo. Viernes 19:30m, ciudad de La Paz, Zona Sur. Mi salida sorprende al ladrón en su afán de desmantelar mi coche.

Debiera aclarar que la sorpresa fue exclusivamente mía, pues el sujeto, ocupado como estaba en extraer las piezas del motor, puso más bien cara de abatimiento, como quien se resigna a presenciar una rabieta acostumbrada e interrumpir por fuerza su labor.

La impertinencia de mi presencia lo obliga a abordar el vehículo que espera pasos adelante con el motor encendido (vidrios claros, placa reglamentaria) y partir con rumbo desconocido, mientras yo, de sorpresa al espanto… como muchos, cada día.

El Latinobarómetro (un estudio de opinión pública que se aplica anualmente, alrededor de 19.000 personas en 18 países de América Latina, representando a 400 millones de personas) en el informe 15 años monitoreando la evolución de las sociedades latinoamericanas 1995-2010, incluye un apartado en el que mide algunas expresiones éticas/morales de la ciudadanía.

Nada del otro mundo: Bolivia ocupa el primer lugar (con 7,5 en una escala de un máximo de 10) en considerar «totalmente justificable» comprar algo que se sabe robado.

De ahí que los mercados negros tienen tanta legitimidad como la que perdieron las unidades policiales de denuncia por robos de vehículos desde que se supo que, entre sus funcionarios, están algunos de los más fervientes practicantes del delito.

Lo robado, lo trucho, lo chuto, lo ajeno… Matices diferentes para un síntoma: una descomposición social que se alimenta con la institucionalización de la informalidad y la ilegalidad.

Si ante la falta de empleo digno y opciones de desarrollo productivo sostenibles se ha asentado el cuenta-propismo y el rentismo, no es de extrañar que opciones menos formales y más ilegales sean también parte de una estrategia de supervivencia.

¿De qué otro modo entendemos, por ejemplo, que sea una política de Estado autorizar el ingreso al país de mas de 70.000 autos chutos -robados, siniestrados, chatarra-  bajo un régimen de amnistía?, ¿quién se compadece de las consecuencias de una medida que bajo el argumento de legalizar los vehículos ilegales que ya circulan en nuestras ciudades se está emparentando con el robo de autos en países vecinos y está haciendo campear el delito abierto en ciudades intermedias y poblaciones fronterizas a nivel escandaloso?

No obstante,  el rubor no es parte de nuestra práctica ciudadana; la convivencia con el delito, la trampa y la ilegalidad se han naturalizado. El Latinobarómetro desliza otra perla: Bolivia es el primer país de Latinoamerica (6.7 sobre 10) donde mentir para excusarse de faltar al trabajo es «totalmente justificable». Más trascendente de lo que aparenta, sin duda.

No es asunto de moralismo, y lastimosamente, tampoco de leyes y disposiciones. Se trata de una expresión de fragilidad ciudadana que se agudiza con las señales de debilidad institucional y/o falta de confianza de los ciudadanos en las instituciones.

Otro estudio, el Barómetro Iberoamericano de Gobernabilidad 2011, confirma lo que todos sabemos: que las fuerzas del orden y los partidos políticos están en el último lugar de la confianza de la población y un 33% de los ciudadanos bolivianos no se siente representado por nadie. ¿Cómo renegar, entonces, de las manifestaciones de atropello al bien común, de esa cultura del todo vale, con la que nos relacionamos sin más alternativas?

Declararnos descompuestos, enfermos y preocuparnos por ello, puede ser el primer paso. Claro, para ello se requiere más que autoanálisis, la etapa del diagnóstico está superada. Hace falta más.

El español Fernando Savater diría: «La educación es la esperanza» y efectivamente tendrá que ser así. Pero no solo en las aulas, sino el los hogares, en espacio íntimo donde nos encontramos y confrontamos expectativas con realidades. Las reformas económicas,  las políticas de Estado llegarán tarde, mal o nunca, pero el ejercicio ciudadano no puede claudicar, y eso es educación, educación y más educación.

Savater agrega «La educación es la base de la humanidad democrática, es el fundamento. Los dos grandes enemigos de la democracia en todo el mundo son la ignorancia y la miseria». No hay duda.

Isabel Mercado

Periodista de PADEM.

Publicado en IDEAS, Página Siete

El noble oficio del columnista

Fazul Abdullah Mohamed, según algunos, cabeza del grupo terrorista Al Qaeda en la región, es muerto en Somalia, trás un enfrentamiento a tiros con la policia.

El Ministro de Interior Somalí, Abdishakur Sheikh Hassan, víctima de un atentado suicida resulta muerto. La ONU condena este hecho.

Los siguientes datos del país africano los proporciona Humberto Vacaflor: Somalia dejó de existir formalmente como Estado en 1991. Es un territorio disputado por ladrones, traficantes de armas, drogas y mujeres. Así es Somalia, país donde, según un periodista español que Vacaflor menciona, en el aeropuerto al turista se le pide informar sobre el calibre de arma que porta.

17 muertos civiles son contabilizados en  Somalia, hermano gemelo de Bolivia, en palabras de nuestro mencionado columnista. Esa, y otras perlas, estilo inconfundible del autor, deja el abogado del diablo en su columna de día domingo, vía -como no podía ser de otra manera- La Prensa.  A disfrutar del antibolivianismo.

Vecinos muy incómodos

Jayme Brasil Garfinkel, presidente de la Federación Nacional de Seguros Generales de Brasil, pidió al canciller de su país, Antonio Aguiar Patriota, que tome medidas urgentes para frenar la decisión del presidente de Bolivia, Evo Morales, “de legalizar los autos robados”.

El matutino El Mercurio de Santiago informó sobre la medida boliviana con este título: “Bolivia legaliza robo de vehículos”. El diario ABC de Paraguay dice en su titular: Paraguay, Brasil, Argentina, Chile y Perú “quieren evitar que Bolivia legalice los vehículos robados”.

Carlos Ominami, exsenador chileno, del Partido Socialista, le dijo al Diario Financiero de Chile que el presidente Morales puso fin a la “diplomacia de los pueblos” porque la policía chilena colaboró con la Interpol en la captura del general René Sanabria. Es decir que nada tiene que ver la agenda de los 13 puntos ni todo lo que se dijo aquí para provocar el cambio en la estrategia marítima, sino la molestia del Gobierno boliviano con la captura de un policía vinculado al narcotráfico.

Mientras todo esto se estaba informando en los cuatro costados de Bolivia, desde Yacuiba se informaba que un asesor del presidente Morales, de nombre Fructuoso Ávila, dueño de la línea aérea El Mosquito, fue detenido porque en uno de sus aviones se encontró rastros de droga, y se denunciaba que un concejal masista de Yacuiba, miembro del grupo de neoliberales infiltrados en el MAS, era el responsable de todo. Y el diputado Wilman Cardozo dijo que entre Ávila y el presidente Morales hay una relación muy estrecha, casi familiar.

La diputada Jessica Echeverría denunció que, en realidad, la fugaz visita del ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi, tiene relación con la formación de una escuela de terroristas islámicos en Bolivia. En Argentina, el caso del ministro iraní tuvo el efecto de una luz roja: en el Cono Sur de Sudamérica se ha establecido un nido de terroristas islámicos.

Con todo esto, que es apenas un extracto de lo que se ha dicho en estos días, convendría que el Gobierno comience a dar explicaciones a los bolivianos sobre lo que está haciendo.

Esto sin contar el comentario del canciller chileno, Alfredo Moreno, quien dijo en El Salvador, después de hablar con su colega David Choquehuanca: “La vida es muy dura”. Al parecer le dolió el corazón al haber hecho una exhibición de la calidad de la diplomacia chilena enfrentada a una muy pobre y deficiente representación boliviana.

Mientras me informaba de estas cosas, leía informes sobre el país gemelo de Bolivia, en África. Somalia, que dejó de existir formalmente como Estado en 1991 y es ahora un territorio disputado por los ladrones de automóviles, traficantes de mujeres, de drogas y de armas (Y tiene vecinos que siempre quisieron destruirlo.). Dice un periodista español que cuando se llega a Somalia, en el aeropuerto le piden al turista, además del pasaporte, el calibre del arma que lleva.

Los diarios O Estado de Sao Paulo, El Mercurio, La Nación, ABC y La República, de los países vecinos, informan ampliamente sobre lo que pasa en Bolivia. Para ocultar totalmente lo que pasa aquí, los capitalistas del Orinoco van a tener que invertir también en la compra de esos medios, o ponerle un freno a internet. La compra de muchos medios bolivianos no es suficiente.

hvacaflor@gmail.com

Periodista

Humberto Vacaflor Ganam