Este blog hace público, como muchos otros sitios, los últimos párrafos escritos de quien en vida fue Cayetano Llobet. Se fue, hoy, 1ro de Septiembre, aunque algunos precoces lo dieron por muerto desde el día Martes 30 de Agosto. El texto fue cedido por Lastenia, su esposa. El mencionado texto fue extraído de la página web oficial de Cayetano, que cuenta con una rica colección de artículos publicados del autor, desde 1997, y se puede acceder desde aquí
Sin otro comentario:
“Mi despedida”
Ésta es una hora de agradecimientos a todos los periódicos y a todos los directores que me acogieron sin ningún cálculo, sin ningún temor, con la mayor apertura, respetando escrupulosamente mi libertad de expresión, palabra por palabra, sin discutir una línea. Lo que me permitió siempre, sentir profundamente que yo era el único responsable de lo que contenía el artículo. Responsabilidad que me dio una sensación de libertad profunda que nunca me atreví a traicionar. Es también, la hora de inmensa gratitud a mis lectores que se expresaban unas veces en forma de desacuerdo y crítica y otras, con la amabilidad de sus comentarios favorables.
Si bien mi trabajo comenzó en la televisión y ocupó largos años, tengo que confesar que lo más gratificante ha sido mi columna dominical. Siento que en esas líneas han ido quedando mis protestas de fondo, mis rabias, mis gritos de impotencia ante todo lo que me ha ido tocando presenciar. Muy especialmente, ante la desaparición progresiva de un horizonte de esperanza.
Esta última columna es para reiterar cada una de las cosas que he escrito cada domingo. Para subrayar mi pesimismo y ratificar mi admiración a ese gran Alcides Arguedas -tan injustamente vilipendiado-, primero por los movimientistas, y ahora por los intelectuales de los movimientos sociales que viven condenando el pensamiento moderno a nombre de utopías regresivas, convencidos de que mirando atrás… ¡avanzan hacia adelante! ¿Habrá alguno de ellos que está realmente convencido que la modernidad y el progreso se han construido con velas invertidas o con espejo retrovisor? Irónicamente, en nuestra mentalidad, hemos llegado al punto en el que los progresistas son llamados colonialistas. Una revisión de nuestra historia resulta un paseo por la tristeza… ¡Porque nunca hemos sido capaces de hacer nada relevante! Y lo que es más grave, cada día que pasa, es más difícil que logremos hacerlo.